Los pensamientos y las conductas suicidas son frecuentes durante la adolescencia y representan un serio problema de salud pública por su potencial asociación con el suicidio consumado. Se presenta un estudio realizado sobre una muestra poblacional de jóvenes de entre 14 y 17 años de Ontario (Canadá) para conocer la prevalencia y los correlatos de la ideación y la tentativa de suicidio. Entre los hallazgos del estudio destaca el rol potencial de las autolesiones sin intención suicida en la transición de la ideación al intento de suicidio. Mientras que el trastorno mental se asocia con la ideación suicida, las autolesiones sin intencionalidad suicida representan un marcador conductual que puede diferenciar aquellos jóvenes con mayor riesgo de conducta suicida. También los episodios de consumo excesivo de alcohol se asociaron a un aumento de la probabilidad de intentos de suicidio entre los jóvenes. Ambos indicadores de comportamiento pueden proporcionar importantes oportunidades para identificar a los jóvenes que probablemente intentarán suicidarse y facilitar su acceso a la atención más adecuada.